2/ Aumentar el gasto militar: ¿cuánto y cómo?
En este contexto, las necesidades de inversión son considerables. Si todos los países europeos miembros de la OTAN desean cumplir con el objetivo, que podría incrementarse al 3 % del PIB para 2030, se estima que las necesidades adicionales ascienden a más de 300 mil millones de euros en comparación con el nivel de 2024 (ver gráfico 6). Según el informe Draghi (septiembre de 2024), estas necesidades podrían alcanzar los 500 mil millones de euros durante la próxima década para reemplazar los suministros enviados para ayudar a Ucrania. Esta cifra podría incluso incrementarse si Estados Unidos redujera aún más su compromiso militar en la región.
Las iniciativas anunciadas en los últimos días constituyen, por lo tanto, un comienzo histórico para responder a las urgencias de soberanía. A nivel europeo, el plan « ReArm Europe » tiene como objetivo otorgar más flexibilidad a los Estados miembros para permitirles aumentar sus gastos militares sin deteriorar su déficit público (650 mil millones de euros en 4 años) y autoriza a la Comisión a pedir prestado en los mercados y a prestar a los Estados miembros (150 mil millones). Esto sigue, en particular, a la decisión del futuro canciller alemán, Friedrich Merz, de aumentar el gasto militar en 400 mil millones de euros, al mismo tiempo que refuerza las inversiones en infraestructuras por un valor de 400 a 500 mil millones de euros en un plazo de 10 años
3/ ¿Qué impactos tiene sobre el crecimiento?
Tales medidas tendrán implicaciones macroeconómicas notables. Hacemos la hipótesis de que los planes de inversión anunciados, si se implementan correctamente, permitirán a los Estados miembros aumentar sus gastos militares al 3 % del PIB. Nuestras estimaciones sugieren, como resultado, un impacto positivo de aproximadamente un 0,3 % de crecimiento adicional del PIB por año en la zona euro. El efecto multiplicador es más pronunciado en España e Italia (ver gráfico 6). En estas economías, los esfuerzos son más considerables, ya que la proporción de gasto militar/PIB sigue por debajo del objetivo del 2 %, mientras que la de Alemania o Francia ya ha alcanzado el objetivo de la OTAN. Además, la parte del gasto destinada al personal militar es más alta, lo que sugiere efectos favorables más significativos que los derivados de los gastos en equipamiento o infraestructuras (1).
Paralelamente, el aumento del gasto militar podría provocar efectos inflacionarios, a través del choque de demanda positivo. Una perspectiva reflacionista de este tipo reduciría la presión sobre los tipos de interés de referencia del BCE.
(1) Según la literatura, los efectos multiplicadores directos son más altos para el gasto destinado al personal militar (alrededor de 1,2) que para el destinado a equipamientos, infraestructuras y otros (0,9)